Autor: Jesús Mula Grau
En esta docuserie de Amazon Prime Video brilla sin desearlo el inspector Pelayo. Ya solo por conocer su filosofía de vida merece la pena abrazar el visionado sobre cómo se forma la élite de la Policía española.
“La exigencia en este curso no va a ser del 100%, va a ser del 500%”. “Momentos de flaqueza van a llegar, los momentos malos van a llegar, es cuestión de tiempo”. “Si no soportáis mi presión a la espalda, no os digo ya cuando salgáis a trabajar ahí fuera”. “Aquí solo hay una velocidad, y el que no pueda, a su casa”. “Va a haber un ritmo frenético, tenéis que notar la presión, la asfixia y pensad que va a ir a peor”. “Aquí las semanas van a tener 30 días”. Cuando una serie te ofrece frases como estas y además justificadas es que pinta bien.
“G.E.O.: Más allá del límite”, la docuserie de Amazon Prime Video España sobre el cuerpo de élite de la Policía Nacional (la Guardia Civil también lo tiene: Unidad Especial de Intervención (UEI)), tiene estas palabras y, por supuesto, acción. Y lo que es mejor, el gran punto a favor de poder disponer de un protagonista absoluto sin haberlo buscado: el inspector Pelayo. Cuando se confiesa él a veces parece que se para el tiempo. La serie vale lo que vale Pelayo.
Buena parte del éxito de esta producción se basa en su personalidad, en sus declaraciones, en su actitud, en su filosofía de vida, en cómo traslada disciplina y valores, en cómo es severo desde el mando y generoso cuando se está fuera de servicio.
Sin una presencia como la suya, una fuerza en pantalla como la del asturiano Pelayo Gayol, este trabajo de ocho capítulos, de unos 50 minutos cada uno, posiblemente no hubiera tenido tanta trascendencia. Y de eso se dieron cuenta desde el principio sus creadores. Es todo un hallazgo, aunque ahora, con la fama, supongo que esta se ha convertido en una especie de maldición para este profesional de puertas afueras pétreo. De puertas adentro ya es otra cosa.
Sin conocerlo puede parecer un prepotente, una persona que vive en otra realidad marcada más bien por la disciplina y el uso de la fuerza. Pero conforme pasan los minutos y los capítulos uno se da cuenta de que tiene toda la razón en cada idea que lanza, en por qué hace lo que hace, cómo lo hace y cómo lo dice, y que en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tienen, tenemos al fin y al cabo, suerte de contar con profesionales como él.
Sorprende conocer la nota que alcanzó tras superar las correspondientes oposiciones. Fue primero de su promoción en su acceso a inspector con una nota de 9,4, muy por delante del segundo mejor opositor. Lleva 22 años en este cuerpo de élite y el director del curso G.E.O. “solo” busca preparar lo mejor posible a los que sueñan con pertenecer a este cuerpo para que “cuando salgan a jugar ahí fuera” no los maten y cumplan con éxito su misión.
Algunos lo han bautizado ya como el “Capitán América español”, el “mejor policía de España”, el “superhombre”, la “máquina asturiana”… A buen seguro rehuirá de todo ello cualquiera que conozca a este hombre humilde, espartano, con una cabeza perfectamente amueblada y que sabe que gestos o miradas dicen “te quiero, te amo” con más profundidad y sinceridad que las propias palabras.
“Con sueño, con hambre, con frío la mente no puede estar al 100%, eso hace que no puedas fingir. Lo que busco es qué hay detrás esa máscara, cómo es tu yo, cómo eres como persona, qué me ofreces”. “Tienen todo el tiempo del mundo para pensar, y eso es catastrófico porque es una sensación de abandono total, de confusión, la incertidumbre de no saber lo que te espera, de si va a ser demasiado complicado para mí, un destrozo mental importante que muchos no son capaces de aguantar”. “El curso enseña también valores, que es lo que nos define. Si no lo tuviéramos seríamos como bestias salvajes”. “Es un juego psicológico brutal, te llevan de arriba a abajo, de arriba a abajo para ver cómo reacciona la gente. A algunos les afecta más y a otros no”. “Si controlas la presión psicológica aguantas lo que te echen”. Son solo otras de las potentes afirmaciones de Pelayo que ayudan a abrir lo ojos.
Aseguran los creadores de este trabajo que tuvieron libertad para grabar todo el material que quisieron a lo largo de los siete meses y medio de formación que se imparte a los GEO. Podían documentar todo lo que ocurría, pero luego, por cuestiones de seguridad, se tuvieron que omitir determinadas secuencias. Técnicas y tácticas de intervención no deben hacerse públicas.
Arranca la serie con 100 aspirantes a los que ya se les avisa de que sobran más de 80. Al final de este curso solo fueron seleccionados 12, uno de ellos con una lesión en el pie que le impedía casi caminar.
A través de las impresiones en primera persona, mirando a cámara en lo que parece una sala de tiro, de Pelayo, de otros instructores y de algunos de los propios aspirantes se va construyendo un relato sin narrador intercalado con distintos momentos del proceso de formación, pero también momentos de descanso donde los “reclutas” hablan entre ellos, con su familia, lloran la marcha de algunos de los compañeros o bromean para tratar de aliviar tanta presión.
La que fuera de España se vende como “Spain’s Elite Police, Beyond Limits”, es en esencia un documental que se adentra en el curso de formación de los aspirantes a esta unidad policial, el Grupo Especial de Operaciones, creada en 1977 y especializada en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada. También están presentes en algunos conflictos de Oriente Medio, en embajadas, ya sea para proteger a ciudadanos y altas personalidades españolas, en misiones de rescate de civiles, o también velando por la seguridad de los militares en acuartelamiento en misiones de paz o internacionales.
Según la Wikipedia, desde su creación, el GEO ha desarticulado treinta y cinco células armadas de diferentes grupos terroristas y ha rescatado a más de cuatrocientos rehenes, con tan solo una baja entre sus filas en acto de servicio, la del subinspector de policía Francisco Javier Torronteras Gadea, que murió durante el asalto a un piso franco de Leganés (Madrid) tras los atentados del 11 de marzo de 2004, cuando los sospechosos se suicidaron detonando las bombas que poseían. En esta serie está muy presente y se le cita en varias ocasiones. Solamente tres operaciones del GEO se han saldado con la muerte de uno o varios de los criminales implicados.
Para entrar en este cuerpo sobre todo tienes que estar equilibrado psicológicamente, dominar la presión y saber mantener la calma y el control en las situaciones extremas. De hecho, los aspirantes (no hay ninguna mujer, al menos que se muestre en la serie y sería bueno saber si ha habido alguna) no son superhombres, hipermusculados y con actitud volcánica. Todo lo contrario. Hay cadetes bajitos, delgados, muchas veces inocentes, nerviosos… Son humanos, hijos, padres de familia que no han podido casi ver a sus hijos recién nacidos, con sus incertidumbres y sus lágrimas.
La docuserie, donde destaca una buena fotografía y tal vez se eche en falta mejoras en el guion a la hora de presentar los hechos para alcanzar un mayor clímax al final, es interesante, aunque solo sea por el hecho de que se trata de la primera vez que se muestra al gran público cómo y dónde se forman los GEO.
Y también, aunque no lo parezca, sirve para tener algo más claras las cosas, las prioridades, porque como dice Pelayo: “La vida va a jugar contigo, te lleva y trae y se deshace de ti a capricho. (Así que) Los planes, a corto plazo”.
Lo mejor: Pelayo y sus frases, y las pruebas como la del visionado de una película de Lars von Trier, la del “Tajo decide” o la de la “mascota”.
Lo peor: los tres últimos capítulos se podían haber fusionado en uno o dos a lo sumo. Ya no sorprenden, no acaba en todo lo alto.